COVID-19
Tips para afrontar el teletrabajo y la desecalada
Stimulus, consultora europea de referencia en materia de bienestar en el trabajo, acompaña a las empresas en la desescalada
Aunque no sabemos si la actual pandemia por el COVID-19, va a cambiar para siempre la forma en la que vivimos, lo que sí se ha modificado ha sido la manera en la que trabajamos, y también nuestras relaciones sociales y laborales. Este nuevo panorama laboral, que no tiene nada que ver con el teletrabajo normal, ha convertido nuestro hogar en el nuevo lugar de trabajo, con horarios en algunas ocasiones interminables y dificultades para conciliar, lo que puede provocar que experimentamos estrés, ansiedad , ira, frustración, irritabilidad. Si no detectamos e identificamos sus primeras señales de alarma y las manejamos adecuadamente, acabará afectándonos en diferentes ámbitos de nuestra vida, incluido el laboral, y tanto el rendimiento como la eficacia se verán disminuidas.
Desde hace casi 30 años Stimulus, consultora europea de referencia en materia de bienestar en el trabajo, con presencia en Francia, Italia y España, tiene como misión promover la salud psicológica en la empresa, fomentando un liderazgo saludable para reforzar el compromiso y el bienestar, ayudando a las organizaciones en la mejora del bienestar y de la salud psicológica de sus equipos.
Teletrabajo y desconfinamiento los dos estresores actuales de los trabajadores
El cambio en la forma en la que trabajamos, obligados por el COVID-19, ha sido rápido y extensivo. La implantación del teletrabajo y la situación de confinamiento y aislamiento de estos dos últimos meses, se han convertido en los dos estresores más importantes que afectan al bienestar emocional y a la salud psicológica de los trabajadores. Aún cuando son las empresas las que deben poner en marcha herramientas para dar respuesta a estas situaciones, hay algunos tips que individualmente pueden ser de ayuda en los momentos más difíciles.
Si nos referimos al teletrabajo, teniendo como base que dos de los mayores retos son lograr una buena dinámica de trabajo y delimitar una frontera, un límite entre la vida privada y la profesional, es fundamental fijarse horarios y respetarlos, empezar a una hora determinada fijada con antelación y acabar a una hora específica, sin excepciones. Durante el horario laboral, conviene dividir la jornada en franjas de 60 a 90 minutos, programando de antemano lo que se va a hacer y en qué momento. En función de la autonomía que tengamos debemos organizar estas prioridades en función de criterios propios o compartidos por los managers o el equipo. Esto se torna especialmente crítico, ya que el hecho de estar más “aislados” en el trabajo, hace que sea más fácil conseguir que este tipo de listas lleguen a buen puerto. Igual de importante es la planificación de los descansos, para ello conviene intercalar descansos y momentos de desconexión de al menos 10 minutos. Pausas para estirar la espalda, descansar la vista o para tomar un café, son legítimos y están recomendados. Debemos ser especialmente cautos con los estímulos distractores.
Conviene crear un espacio propicio para el trabajo, si es posible cerrado y aislado. Si esto no es posible, es escoger un lugar de trabajo específico, acondicionándolo al inicio de la jornada, teniendo siempre a disposición todo lo necesario para poder trabajar correctamente y ordenándolo al finalizar la jornada . Date un respiro, relájate y disfruta del tiempo libre haciendo tus actividades favoritas o disfrutando con tu familia.
Incertidumbre y desescalada
El segundo gran reto para la salud psicológica al que deberemos hacer frente en los próximos días es la desescalada, volver lentamente a una realidad más cercana a la que abandonamos hace unos meses, y puede provocar serias dificultades en muchos de nosotros.
Igual que en el caso del teletrabajo, hay tips, que aplicados a nuestro día a día, ayudan a mantener el bienestar emocional. El primero de ellos es valorar la situación que vivimos desde un punto de vista realista. El miedo excesivo genera estrés y ansiedad. Por el contrario, pensar que ya no pasa nada, que todo está solucionado, lleva no prestar atención a las medidas de seguridad y protección, provocando nuevos riesgos y poniendo en peligro nuestra salud y la de todos los ciudadanos.
Muchas de las rutinas que teníamos antes del confinamiento todavía no podemos recuperarlas, mientras que algunas de las que generamos durante las semanas de confinamiento ya no nos sirven. Por lo que llega el momento de ir creando otras nuevas a la vez que vamos avanzando en la desescalada. Debemos aceptar estos cambios y no vivirlas con ansiedad, sino como una posibilidad de avance y de cambio, centrándonos en el presente, poniendo nuestra atención y energía únicamente en el HOY.
Dedica unos minutos a diario para darte cuenta de cómo estás, qué emociones experimentas, qué pensamientos tienes y qué mensaje te estás mandando. Puede que localices alguno que te esté generando ansiedad, miedo, frustración. Todas estas emociones son normales en esta situación y nos van a informar sobre cómo estamos y qué necesitamos. Acéptalas, sin juzgarte ni culparte por sentirlas, pero vigila los pensamientos que las generan, es el momento de tomar el control de tu mente y no permitir que sea ella la que te controle a ti. La práctica de técnicas de relajación, respiración o mindfulness puede resultarte útil.
No sabemos qué va a pasar en los próximos días, ni cómo iremos avanzando por las diferentes fases de la desescalada, por lo que si detectas que estás invirtiendo tu tiempo y tu energía en preocupaciones futuras, concéntrate en el momento actual, en lo que puedes hacer ahora, a corto plazo y con la información de que disponemos. Cambia el foco de atención, deja de atender a la incertidumbre y piensa en ti, en tus fortalezas, para manejar el momento presente. Los seres humanos somos animales de costumbre y siempre terminamos acostumbrándonos a nuevas situaciones y retos. Piensa en situaciones pasadas en las que viviste algún cambio que creías imposible de gestionar, y cómo finalmente lo hiciste. Esta vez no es diferente y lograrás adaptarte a los nuevos cambios y nuevas rutinas.
Si no detectamos e identificamos las primeras señales de alarma del malestar psicológico y emocional, y las manejamos adecuadamente, acabará afectándonos en diferentes ámbitos de nuestra vida, incluido el ámbito laboral, en el que tanto el rendimiento como la eficacia se verá disminuida. Desde Stimulus Consultoría entendemos que implantar nuestro programa de apoyo y asistencia psicológica a los empleados, (PAE) puede ser una de las soluciones más eficaces.
Diseñar un plan de apoyo psicológico con atención telefónica especializada y realizada por psicólogos, ayudará a disponer de herramientas para manejar el fuerte impacto que situaciones como esta tienen en la vida de los trabajadores, y a prevenir a corto, medio y largo plazo la aparición de insomnio, irritabilidad, crisis de ansiedad, estrés agudo, estrés postraumático, depresión.